Siempre he pensado que «es de bien nacido ser agradecido», tal y como dice el refrán popular. Cuando me embarqué en esta aventura lo hice con toda la humildad del mundo. No aspiro a ser premio nobel de literatura, escribo porque me gusta escribir y lo hago desde que tenía cinco años. No lo hago por dinero, lo hago por placer.
Es increíble ver como en poco menos de un mes tengo casi 4000 seguidores en Instagram y más de 1500 en Facebook, recibo cada día decenas de mensajes y de likes a las publicaciones, y solo puede decir gracias y más gracias, porque al final del día lo que cuenta de un libro no es las horas que has dedicado a él -que son muchas- sino que a la gente le guste tu trabajo y te lo reconozca.
Prometo seguir trabajando en no decepcionaros y en contestar tan rápido como pueda personalmente a todos y cada uno de vuestros comentarios y mensajes.
De nuevo, ¡Gracias infinitas!